Test PCR para viajeros ¿Perderemos, una vez más, otra oportunidad?
31 julio, 2020 (09:37:14)Al turismo español le quedan pocas oportunidades para salvar este año. Quizás sea la última de cara a lo queda del verano y para la temporada de invierno. Si no se aprovecha, sólo cabe esperar a la llegada y aplicación generalizada de la vacuna contra el covid-19.
La contención de daños catastróficos sobre nuestro turismo (hoy mismo se publica que el hundimiento de nuestra actividad turística afectará a cinco millones de empleos directos e indirectos) pasa por dos actuaciones inmediatas.
La primera de ellas, porque se diseñe una política sanitaria coherente y coordinada. Pocas esperanzas hay al respecto, después de la inacción del Gobierno español a partir de la finalización del estado de alarma y de la descoordinada actuación de las diferentes Comunidades Autónomas, que han sido dejadas a su albur ¿Cabe esperar algo de la Conferencia de Presidentes de las CC.AA. convocada para este viernes? El ruego mendicante del Gobierno a dos CC.AA. para que sus respectivos Presidentes acudan no augura resultados positivos. Con la imagen internacional que el Gobierno se ha labrado de su gestión tanto pasada de la pandemia (un periódico próximo a las tesis gubernamentales prueba que el número de víctimas no es el de 28.432 sino el de 44.868), como actual, con el mayor número de contagios entre los países europeos, es imperativo un radical cambio en la política sanitaria si se quiere recobrar una mínima credibilidad en los países emisores de turismo hacia España. En caso contrario, las decisiones de los Gobiernos de dichos países, por muy arbitrarias que nos puedan parecer, lo tendrán muy fácil a la hora de formular recomendaciones, imponer restricciones o prohibir a sus nacionales que viajen a España. A ello ha de unirse una inteligente acción diplomática que evite que su actuación produzca efectos contrarios a los perseguidos.
La segunda de las actuaciones inmediatas está directamente relacionada con la situación internacional de la pandemia y la generalización de nuevos brotes en todos los países generadores de turismo hacia España. Esta generalización de la amenaza tiene el aspecto positivo que induce a todos los países de nuestro entorno a buscar soluciones que permitan mantener el tráfico de personas por razones no sólo de ocio sino también de negocio y no volver a situaciones de cierre de fronteras que serían catastróficas para la economía europea. Frente a esta amenaza general, los países, las organizaciones turísticas internacionales y las empresas privadas están moviéndose en una dirección común, que inicialmente arrancó con muchas dificultades pero que progresivamente se va reconociendo como la más viable en las presentes circunstancias: la implantación internacional de un sistema de test PCR para los viajeros.
Alemania ha establecido un sistema de este tipo en sus aeropuertos (Frankfurt, Múnich, Dusseldorf, Tegel, Schoenfeld y progresivamente en los demás); el director de Heatrhow lo ha propuesto al primer ministro Johnson como única forma de mantener el nivel de tráfico en su aeropuerto, las líneas aéreas que conectan Estados Unidos y Europa (Delta, United, IAG, Lufthansa) han reclamado la implantación de un sistema de test como la única forma de recuperar el tráfico entre ambos continentes. Hasta el propio Gobierno británico está contemplando la realización de test a los viajeros procedentes de España para evitar la cuarenta. El World Travel and Tourism Council (WTTC) se ha declarado partidario de un sistema generalizado de test para evitar que las declaraciones unilaterales de cuarentena hagan imposible los viajes internacionales. Hasta un competidor, Túnez, ha anunciado que exige a los viajeros españoles un test PCR para evitar la cuarentena, lo que demuestra la viabilidad del sistema de test y la degradación de nuestro status sanitario.
En España la Confederación Española de Hoteles y Apartamentos Turísticos (CEHAT) se ha ofrecido a financiar los test de los viajeros que lleguen a nuestros destinos. El Gobierno regional de las Islas Canarias viene reclamando insistentemente desde hace tiempo la realización a todos los viajeros a las Islas de test PCR en origen o, alternativamente, en destino, financiados por el propio Gobierno de la CC.AA. Frente a las negativas reiteradas del Gobierno español, parece que pudiera llegarse a un compromiso consistente en autorizar la realización selectiva de test. Si esto fuera así, otros destinos seguirían esta iniciativa: las Islas Baleares (que se ha dejado arrebatar la iniciativa), Andalucía, la Comunidad Valenciana, y Madrid, que lo viene exigiendo desde el principio, para cerrar el paso a la llegada de casos importados. En efecto, la implantación de un sistema de test tendría el doble efecto positivo de evitar la llegada de casos importados y, a la vez, de facilitar la llegada de viajeros a los destinos turísticos, evitando la imposición, más o menos arbitraria, de cuarentenas a veces basadas en ocultas razones económicas y no sanitarias.
¿Si organismos internacionales como el WTTC (¿Dónde está la OMT en este asunto?), Gobiernos de la Unión Europea, como el alemán, los principales aeropuertos y compañías privadas internacionales de transporte están dado pasos decisivos en este campo, a que espera la Comisión Europea para tomar iniciativas en este sentido?
Si a todo lo anterior se une que Gobiernos de Comunidades Autónomas españolas lo han solicitado reiteradamente ¿a qué espera el Gobierno español para no solo autorizar sino implantar con carácter general en todo el territorio nacional un sistema de test? Los argumentos de que los test no son fiables al 100% decaen ante el decisivo de que hoy por hoy, y mientras no se disponga de una vacuna contra la pandemia y su aplicación se generalice, no hay una opción alternativa. Máxime cuando los avances tecnológicos (robots) han permitido multiplicar, abaratar y acelerar los resultados de estos test, permitiendo que sea una solución viable para hacer que los viajes internacionales no se colapsen.
¿Perderá el Gobierno español, una vez más, la oportunidad de liderar una iniciativa, que debería impulsar en el seno de la Unión Europea, y que permitiría salvar lo que queda de la temporada turística de verano y asegurar la temporada de invierno?
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