Érase una vez......
6 agosto, 2020 (17:11:14)Érase una vez que en el turismo apareció un monstruo, en forma de pandemia universal, que amenazó con devorarlo. Tan amenazador se presentaba para la salud y para la economía, que mereció pasar a la Historia con un nombre propio-COVID 19- y se buscaron paralelismos con otras plagas (la peste negra, la mal llamada gripe española, la viruela, el sarampión, el VIH). Sus efectos en el turismo mundial fueron devastadores y ya desde los primeros meses de la primera oleada universal la pandemia puso de rodillas a una actividad que había crecido de forma acelerada, con solamente leves intervalos debidos a las crisis petrolíferas, rápidamente superadas.
Dentro de aquel panorama apocalíptico hubo, sin embargo, un país líder turístico que supo afrontar la amenaza con resolución y sabiduría tanto de los actores privados de la actividad turística como de los responsables políticos de la sanidad y del turismo.
Los actores privados rápidamente reaccionaron diseñando y aplicando medidas destinadas a garantizar la salud tanto de sus clientes como de sus trabajadores y, en definitiva, de la población local de los destinos, receptora del turismo. Se diseñó y se aplicó un sistema homogéneo de protocolos sanitarios que alcanzó la aprobación de las autoridades sanitarias y turísticas y que se puso a disposición de los sectores turísticos que constituían el conjunto de la oferta turística (transporte, alojamiento, restauración, ocio) y que se ofreció para su validación internacional. Asimismo, los principales actores privados, contando con el apoyo oficial, establecieron contactos con sus socios de los mercados emisores para tratar de mantener los canales de comunicación abiertos que permitieran asegurar el tráfico turístico.
A la vez, una temprana y contundente actuación de los poderes públicos permitió tener bajo control la pandemia, de modo que en comparación con otros países del entorno, tanto emisores de turismo como destinos competidores, la cifras de contagiados, de hospitalizados y de víctimas de la pandemia, pudieron presentarse como resultado positivo de una actuación eficaz y trasladar una imagen de destino seguro, capaz de ofrecer las mayores garantías posibles a los viajeros que optaran, frente a otros, por el país como destino turístico fiable.
Esa actuación vigilante se mantuvo, incluso con el sacrificio de merecidas vacaciones de los responsables sanitarios y políticos a la orilla del mar, para estar preparado para que una vez superado el primer envite de la pandemia, y relajadas las drásticas medidas adoptadas en el momento agudo de la pandemia, se entrara en una nueva etapa en la que previsiblemente era de esperar que aumentaran las ocasiones para la propagación del virus. Sin embargo, gracias a las medidas puestas en marcha (generalizados controles serológicos a la población, incluidos turistas, trabajadores temporales e inmigrantes ilegales, así como una red de rastreadores) y al reforzamiento de la coordinación entre los diferentes niveles de las Administraciones públicas, se pudo evitar que los indicadores sanitarios (porcentajes de nuevos infectados, hospitalizados, y víctimas) alcanzaran los dramáticos niveles de otros países peor preparados y menos eficaces, que les llevaron a contemplar a volver a situaciones de parcial e, incluso, total confinamiento. Se restauró, así, la imagen de confianza en el país entre los clientes potenciales de los mercados emisores y se pudo recuperar progresivamente el tráfico turístico, con lo que se pudieron mantener las actividades de muchas empresas turísticas y con ellas el empleo de millones de puestos de trabajo.
Se pudo evitar así una catástrofe en el turismo del país. Una estimación de los posibles efectos directos que podrían haber afectado a la actividad turística se habían calculado en hasta 124.000 millones de euros, teniendo en cuenta, en esos momento de incertidumbre, el previsible hundimiento de los mercados internacionales y del nacional, y sin incluir en esta cifra los efectos negativos indirectos e inducidos de la caída de la actividad turística en otros sectores de la economía nacional. Afortunadamente, la actuación previsora y eficaz de los poderes públicos hizo que estos cálculos se quedaran en simples estimaciones teóricas.
Asegurado el mantenimiento de la estructura productiva del turismo y, con ella del empleo, los poderes públicos, plenamente conscientes de la importancia de la actividad turística y de su valor añadido para la economía nacional y para el bienestar social del país, abordaron sin demora la tarea de cómo recuperar el impacto negativo de la pandemia y aprovechar la oportunidad de la amenaza para asentar la actividad turística sobre bases nuevas que garantizaran su futuro. Para ello se preparó un Plan específico consensuado con el sector privado, con objetivos medioambientales, de modernización de destinos, de diversificación de productos, de eliminación de trabas burocráticas y de una adecuada fiscalidad, que permitiera utilizar los fondos aprobados por la Unión Europea y en sintonía con las instituciones europeas que, al fin, habían reconocido la importancia de la actividad económica del turismo. Con este Plan se conseguiría mantener la posición de liderazgo turístico del país, ganado en múltiples batallas tanto para lograr un continuo aumento del valor añadido de la oferta como para destacar en la labor de comunicación y marketing en los mercados emisores.
Confiando en ese Plan para el futuro turístico del país, parece oportuno concluir esta narración, que ha pretendido reflejar la grave situación de crisis y de la respuesta dada a la misma en un país que el autor no osa identificar, a fin de evitar la denominación de intelectual orgánico, con la que no se siente cómodo. Como es evidente, la misma realidad puede ser vista de manera diferente por diferentes observadores, y no coincidir necesariamente con la que aquí se ha expuesto con ánimo de irónica objetividad. La objetividad y la ironía están distribuidas a lo largo del artículo. El lector inteligente sabrá identificarlas en cada caso.
Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta
Inicia sesiónEsta opinión no tiene comentarios.