¿Qué nos espera con la pandemia de la COVID-19?
Lo que tenía que pasar, pasó y lo que tiene que pasar pasará 6 octubre, 2020 (05:09:52)Cuando algo nos indispone e incomoda, algo diferente y desconocido, algo cuya solución no la tenemos en nuestros libros y en nuestras experiencias empresariales, de lo cual tampoco tenemos datos históricos en los lustros pasados, es natural querer deshacernos de este mal sentimiento. Ponemos paños calientes, aunque esta manera de sanarnos no soluciona nada más allá de aplazar el problema, pues la solución ha de venir remando muchos involucrados de cada sector en la misma dirección, compartiendo una meta común. Atacar el problema con responsabilidad y disciplina empresarial, transformar esa situación negativa en una oportunidad, aprovechando el tiempo muerto en favor de nuestras empresas.
La realidad
El impacto de la caída del negocio turístico en la economía mundial podría abarcar un 2% del producto interno bruto (PIB) global con una pérdida de empleos y rentabilidad que nos conlleva a una recuperación en “U” pues no estamos ante una guerra, ni una revolución política, sino una pandemia que afecta directamente a la movilidad, a la conectividad y, por tanto, al turismo entre muchos otros sectores.
El turismo en sí mismo es el factor de desarrollo en determinados territorios, mucho menos agresivo con el medio que una industria o que algunos tipos de infraestructuras, siendo al mismo tiempo uno de los motores económicos más rentables y sostenibles, con un futuro cada vez más prometedor en un mundo globalizado, pues el turismo es un fenómeno social, cultural, económico, de ocio, sensaciones, gastronomías...
Dentro del sector turístico, las líneas aéreas y las agencias de viajes encabezan las pérdidas del sector, seguidas en menos escala de los hoteles; todas ellas, con las empresas de servicios turísticos en general, son de las más perjudicadas por el impacto del coronavirus. Una de las industrias que más dinero moviliza y más capitales genera anualmente en todo el mundo, es la más afectada por la recesión global derivada de la pandemia de coronavirus. El turismo pasa por el peor momento de su historia y es uno de los sectores en el que más puestos de trabajo se han destruido debido al colapso de la demanda con la retracción social que el instintivo miedo al contagio generó en la población mundial, cuyo confinamiento de 3.800 millones de personas alrededor del planeta causó ese efecto de shock social histórico.
Si se hacen los deberes de forma adecuada la recuperación y lo mejor estarán por venir, pero hoy hay que pensar que las empresas tendrán que reinventarse contemplando una realidad. De ahí la necesidad de aprovechar este paréntesis en el tiempo para “Diseñar medidas de estímulos a largo plazo para facilitar cambios estructurales cuya necesidad ya había sido identificada con anterioridad a la Covid-19”. La recuperación económica del sector turístico vendrá impulsada por la era de la digitalización, en los próximos 3 años fomentando y activando la tecnología digital. Las agencias de viajes, compañías aéreas conjuntamente con el sector hotelero, formarán una nueva etapa donde desde hoy se ha de formar a los empleados del sector y centrarse en sostenibilidad, creatividad, profesionalización creando productos diferenciales temáticos y de ocio que nos den un plus en las zonas del litoral vacacional. En definitiva, modernizar la oferta aprovechando nuestras ventajas en clima, infraestructura, servicios... etc, haciendo que nuestros mercados sean más ventajosos y rentables.
Grandes espacios libres es el futuro vacacional
Hemos tenido grandes aciertos y graves errores, pero habrá que buscar el equilibrio que nos permita recuperar la actividad con mayores rentabilidades, teniendo en cuenta numerosos factores, entre los que destaco y reitero que tenemos los espacios de mayor calidad ambiental con un fantástico clima, infraestructuras y servicios, que el empleo será de baja cualificación si no apostamos por ofertas complementarias de mayor valor añadido, fortaleciendo nuestra estacionalidad de todo el año creando un producto demandado que pueda competir siendo el mejor, buscando la excelencia, para tener simplemente un éxito rotundo atendiendo las demandas reales de los mercados.
El turismo, en 2020 y parte de 2021 en las zonas que nos ocupan de turismo vacacional está obligado a hibernar a causa de la pandemia y debemos aprovechar esta circunstancia en adaptarse a las necesidades de mercado para salir airosos tras esta hibernación.
Debemos aprender de ello y actuar mejorando los productos, creando grandes espacios libres y variadas ofertas gastronómicas... La tematización de espacios, creando productos diferentes y únicos será camino del éxito en el futuro más próximo.
La recuperación total del sector más dañado por la crisis no se prevé a mi opinión hasta 2022-2023. Mientras, el objetivo ha de ser evitar las quiebras y aprovechar esta paralización en el sector en 2020 y parte de 2021 en favor de nuestras empresas, desarrollando las estrategias de cubrir las necesidades y demandas del mercado, haciendo de algunos de nuestros productos únicos en el sector. Esto sólo podrá realizarse en algunos destinos y productos que tienen grandes espacios verdes, libres, al aire libre... etc.
Lo que estamos viendo es que la recuperación será vigorosa para algunos sectores, mientras que otros se mantendrán a la baja y su recuperación vendrá más lentamente. Esperamos tener una recuperación económica rápida tras la pandemia del coronavirus con unos años muy prósperos en el sector y es por ello que hace falta más que nunca analizar cada producto que tenemos, cada destino y tipología de hotel ya que esto marcará la diferencia y el camino a tomar en cada caso, analizando los mercados y las evoluciones de ocupaciones. El sector más dañado es el corporativo fomentándose el mundo digital, mientras el sector hotelero vacacional se ha mantenido aunque a la baja, pero deja entrever su potencial y por ello es muy importante aprovechar los tiempos en posicionar a futuro el producto hotelero en los casos que esto sea posible con la tematización y mejora de producto pensando en el día después, ya que para hacer estas mejoras, obras etc... hace falta cerrar el establecimiento total o parcialmente, por ello ahora más que nunca hay que aprovechar este paréntesis en el tiempo.
Destinar recursos no solo por la emergencia de tesorería operativa circulante, sino hacer el esfuerzo extra en reposicionamiento de los productos para un futuro distinto.
Jamal Satli Iglesias, Presidente de BlueBay Hotels
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