La re-evolución del turismo como hecho social transformador
PARTE 1 5 julio, 2021 (09:48:03)La pandemia nos ha puesto en el lugar y momento indicado, para construir entre todos y todas una visión holística del turismo como herramienta de desarrollo local sostenible.
En tiempos de cambios acelerados, de horizontes cargados de incertidumbre que nos depositan en contextos desafiantes, detenerse a mirar un poco más allá de la coyuntura implica un esfuerzo aún mayor.
Es allí donde tenemos que redoblar el compromiso para encontrar caminos de construcción amplia y plural, empáticos, en busca de un conjunto de certezas que podamos definir a partir de un imaginario deseado y una clara conciencia del punto de arranque.
Les proponemos repensar el modelo tradicional del turismo, para transformarlo de un modelo de concentración, a uno más capilar, participativo en cuanto a su creación, diseño y producción, que genere mayores beneficios a los territorios donde se desarrolla y por ende a su comunidad.
Nuestro sector tiene una capacidad única, es un motor de inclusión económico y social sostenible que ofrece oportunidades a todos y todas.
Establecer un enfoque sistémico y participativo desde el territorio es clave para proteger los medios de vida e impulsar las economías locales.
Pasamos así de una visión economicista (analiza los fenómenos sociales haciendo primar los factores económicos) del turismo a un abordaje del turismo como derecho, como hecho social transformador que tiene como objetivo mejorar en primer lugar la calidad de vida de las comunidades anfitrionas y a su vez, la de los visitantes, todo esto enmarcado dentro de una visión clara y proactiva de sostenibilidad en el sentido más amplio.
Entender al turismo como hecho social transformador es el primer paso para lograr un abordaje holístico (que lo considera como un todo, como sistema de tramas) y capilar que permita un desarrollo local sostenible. Por ende en cada acción, en cada política pública trascendemos la idea de crecimiento para centrarnos en alcanzar el desarrollo con equidad e inclusión, anclado en la sustentabilidad en todas sus sus dimensiones: social, económica, ambiental, política, institucional y tecnológica.
Así dejaremos de lado los indicadores cuantitativos (de crecimiento) para desarrollar otros nuevos que nos permitan medir en qué grado nuestras políticas turísticas contribuyen a mejorar la calidad de vida de la comunidad anfitriona.
Uno de los aspectos importantes es incorporar de manera sustancial la capacidad de carga de los destinos como medida, para confluir en un desarrollo armónico socioambiental donde el estilo de vida de sus habitantes, se preserve y así brindar una experiencia memorable no sólo en el turista, sino también en la relación con la población. Contribuyendo a que el turismo sea un aporte virtuoso para el lugar con impactos positivos.
Este tiempo nos invita a pensar el territorio no sólo como una situación estática de límites geográficos, sino como un espacio de re-evolución social que expresa formas de vida, identidades, conocimientos y prácticas culturales importantes que se puedan poner en valor, para ser compartidas en los términos deseables para la comunidad e ir, de este modo hacia un modelo más equitativo, justo e inclusivo.
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