MUSEOS SONOROS

Hace unas semanas visitando un pequeños museo en París, -perdonad que no me acuerde del nombre-, me encontré para mi sorpresa un sistema que era la primera vez con el que me topaba. Me pareció útil, INNOVADOR, (ahora viene cuando me decís que esto está inventado hace cincuenta años), y que ofrecía un valor añadido al visitante.
Al entrar en el museo, al grupo de unas quince personas que ibamos se nos ofreció unos auriculares y una guía. Los auriculares permitían escuchar lo que decía la guía a más de 30 metros de distancia, sin perderse un ápice de la explicación sobre las distintas obras de arte.

Incluso si decidías iniciar tu propia excursión, aparte del grupo, y querías seguir escuchando lo que se iba contando al grupo, podías hacerlo por lo que he comentado antes de la distancia tan grande que te permitía mantener con respecto al emisor.

Independientemente de poder disfrutar más y mejor del museo, el ruido que produce un persona explicando para un montón de turistas, para que todos lo oigan, es notable, y con estos aparatos, al poder hablar en un susurro sin perjuicio de la calidad de la explicación, hacía que ese ruido quedaba prácticamente anulado.

Por otra parte, ayer, leyendo la revista EMPRENDEDORES, me encontre con este artículo que, si bien habla de una tecnología distinta, es similar en el uso que se puede hacer y, sobre todo, en el valor añadido antes citado a la hora de exprimir más la visita a una ciudad. Son autoguías sonoras que, con las nuevas tecnologías, nos pueden situar en una ciudad como Barcelona, escuchando archivos de lo que ocurrió en aquel punto exacto hace cincuenta años, en un momento histórico.

Simple, pero innovador, ¿no?

Y no os perdais la posibilidad de negocio que nos propone el artículo.