Un análisis de Mayka Santana

Semáforo vs islas: qué podemos esperar del Reino Unido visto lo visto

Las comunidades autónomas con buenos datos reclaman una diferenciación

Publicada 19/05/21 -Actualizada 15/06/21 02:03h
Semáforo vs islas: qué podemos esperar del Reino Unido visto lo visto
  • En julio de 2020 los datos de Canarias y Baleares eran mejores que los británicos, pero UK no accedió a los corredores
  • El pasado año Londres dio luz verde a analizar por separado la situación epidemiológica de las islas demasiado tarde
  • De haber llegado antes la diferenciación los archipiélagos hubieran contado con turismo británico al menos un mes

Análisis / El Gobierno da por hecho que este verano España recibirá turistas británicos. A pesar de que el país se sitúa en ámbar el semáforo COVID de Reino Unido, tanto la ministra de Turismo, Reyes Maroto, como la de Exteriores, Arancha González Laya, han asegurado que el Ejecutivo trabaja para que España vuelva a la lista verde, mientras que las comunidades con más dependencia de este mercado están a la espera de que los contactos con el Gobierno de Boris Johnson fructifiquen para que los territorios con buenos datos epidemiológicos sean clasificados de una manera diferenciada al resto del país. Los interrogantes que se plantean ahora son si España llegará a pasar a la lista verde y si finalmente Londres accederá a considerar aparte la situación de las islas, tal y como contábamos en Reino Unido: preguntas y respuestas para no alimentar falsas esperanzas. Con respecto a la segunda cuestión la historia se repite. El pasado año el Gobierno británico imponía sendas cuarentenas a lo largo del verano: el 8 de junio y el 25 de julio. De esta última hubieran podido ser eximidas Baleares y Canarias, que presentaban buenas cifras epidemiológicas, tal y como reclamaban tanto Gobierno como las propias regiones, si bien Reino Unido tardó demasiado tiempo en decidirse a optar por esta diferenciación y cuando lo hizo ya era muy tarde: España se adentraba en la segunda ola. La pregunta ahora es, de mantenerse estos buenos datos en estas CCAA y avanzar la campaña de vacunación, ¿remoloneará menos Londres para considerarlas aparte o volverán estas regiones con una mejor situación a tener un verano sin británicos?

La primera cuarentena obligatoria de 14 días a los viajeros internacionales para mantener baja la tasa de transmisión del coronavirus entraba en vigor el 8 de junio, una medida que desanimaba a los británicos a plantearse unas vacaciones en el extranjero.

En esos momentos en España se mantenía todavía el primer estado de alarma, que decaería el 21 de ese mes.

El Gobierno español ya había anunciado la apertura de la "movilidad internacional segura" a partir del 1 de julio, tras una larga desescalada que había logrado una notable reducción de casos

No obstante, once días después Londres abría un primer atisbo de esperanza: se planteaba negociar corredores aéreos con España a partir del 4 de julio. Finalmente, fue el 10 de julio cuando se abrieron esos corredores, en los que se incluía a España, después de que a principios de mes Inglaterra decidiera por fin eliminar la cuarentena para turistas de España y otros países que presentaban "un reducido riesgo" de contagios.

Pero los turistas británicos solo pudieron disfrutar de quince días de sol y playa. En España empezaba a vivirse un aumento de casos, lo que llevó al Gobierno británico a imponer de nuevo el día 25 la cuarentena para los viajeros procedentes del país, una medida que la industria británica tachó de "devastadora”.

Tan repentina fue la decisión del Gobierno del Reino Unido que pilló al propio ministro de Transporte, Grant Shapps, de vacaciones en España, adonde había viajado poco antes, por lo que él mismo tuvo que aislarse dos semanas a su regreso a territorio británico

Si bien en un principio la medida no afectaba a las islas, finalmente dos días después Londres las incluyó en su recomendación de no viajar. Este cambio de posición se produjo justo cuando el Gobierno británico y el español se encontraban en negociaciones sobre la posibilidad de crear corredores aéreos que eximieran a las personas procedentes de Canarias y Baleares de tener que cumplir ese confinamiento de 14 días a su llegada al Reino Unido. (Ver El Gobierno intenta que Canarias y Baleares queden fuera de la cuarentena.

Se iniciaba así una lucha sin cuartel en Baleares y Canarias, que defendían corredores seguros esgrimiendo sus buenos datos epidemiológicos en aras de poder salvar la temporada para el mercado británico.

"Trabajamos con el Estado para establecer un corredor sin cuarentena. Baleares sigue siendo un destino seguro: en los últimos 14 días tiene 8 casos por cada 100.000 habitantes, por los 14,1 en el Reino Unido o los 37,9 en España", detallaba entonces la presidenta de Baleares, Francina Armengol, unas cifras que hoy se nos antojan envidiables

"La decisión de Reino Unido no se basa en criterios sanitarios", lamentaba Francina Armengol.

Por su parte, el presidente canario, Ángel Víctor Torres, también trabajaba para evitar que al retorno los viajeros británicos tuvieran que pasar la cuarentena y sacaba pecho de los buenos datos: en las islas había a finales de julio una tasa de 5,8 positivos por cada 100.000 habitantes, menos que en la mayor parte de los países europeos y en concreto, del Reino Unido.

No obstante, en Downing Street no dieron su brazo a torcer. Reino Unido se mantuvo firme en la cuarentena pese a las críticas de España a estas restricciones.

Por aquel entonces, el secretario de Estado de Administración Local, Simon Clarke, defendía la medida para todo el país y constataba la "dificultad" que entrañaba el diseño de una lista con "exenciones regionales" para, por ejemplo, Baleares y Canarias

Corredores

Pese a esta negativa inicial, ya casi acabando el mes de agosto, el día 21, cuando los TTOO británicos ya habían suspendido sus paquetes a Baleares y Canarias y muchos hoteles ya habían bajado la persiana, Reino Unido empezaba a deshojar la margarita: se planteaba al fin la posibilidad de reabrir "corredores aéreos regionales" con las islas.

No obstante, no fue hasta el 8 de septiembre cuando se dio luz verde al análisis por separado de la situación epidemiológica de las islas a la hora de adoptar restricciones o recomendaciones de viaje para sus residentes. La medida llegaba muy tarde para Baleares y Canarias. Para entonces su situación epidemiológica ya comenzaba a empeorar

El 9 de septiembre entraba en vigor esa diferenciación, pero solo se benefició de ella Grecia, ya que se establecía la primera cuarentena regional en siete de sus islas, Creta, Lesbos, Mykonos, Santorini, Serifos, Tinos y Zakynthos, mientras para el resto del país no se adoptaba ninguna restricción. También al actualizar su lista de territorios seguros, se impuso la cuarentena para Portugal, si bien la medida no afectaba a las islas Azores y Madeira.

De haberse aprobado dos meses antes esta diferenciación, Baleares y Canarias hubieran podido recibir turistas británicos, pero en septiembre ya no servía de nada: España se adentraba en la segunda ola

Las incidencias volvían a dispararse en todo el país, islas incluidas, lo que ahora sí, de manera justificada hacía imposible el regreso del turismo británico.

Pero de haberse introducido cuando estas CCAA lo reclamaban, Baleares hubiera podido tener turistas británicos durante al menos un mes (a principios de agosto los contagios empezaron a repuntar) y Canarias durante casi dos, ya que su incidencia subió ya a finales de agosto. Tal vez poco tiempo, sí, pero muy valioso y del todo perdido, que hubiera insuflado algo de oxígeno a la maltrecha industria turística, tan golpeada por los cierres que causó la primera ola de la pandemia.

Tuvo que pasar un mes más para que una región española pudiera beneficiarse de esta diferenciación. El 25 de octubre Reino Unido incluyó al fin a Canarias en los corredores seguros, si bien el 10 de diciembre la volvió a retirar ante el azote de una nueva ola.

Verano de 2021

En las últimas semanas, CCAA con buenos datos del virus como Baleares, Canarias y la Comunidad Valenciana han vuelto a abundar en la necesidad de que Reino Unido distinga entre regiones con baja incidencia del virus, (cabe recordar que Londres tiene en cuenta otros datos aparte de la IA, como el desarrollo de la campaña de vacunación o la existencia de variantes de riesgo).

Si bien los expertos apuntan a que esta diferenciación se pueda producir el próximo mes como más pronto, hacia el 7 junio, cuando se prevé que entre en vigor la actualización del semáforo COVID, lo vivido el pasado año y una nueva apuesta de Reino Unido por las staycations dan alas a los recelos.

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