De cara a la Asamblea General de Madrid

Repensando (anónimamente) la OMT con ánimo constructivo

Hay consenso en que España no debe presentar a un candidato alternativo, pero también en que tiene una responsabilidad y un compromiso en el buen funcionamiento de la OMT

Publicada 17/11/21 -Actualizada 15/12/21 02:00h
Repensando (anónimamente) la OMT con ánimo constructivo

Desde HOSTELTUR hemos planteado una serie de preguntas, las mismas, a varias personas nacionales y extranjeras, relacionadas de una u otra forma con la Organización Mundial del Turismo, que han trabajado allí o que han tenido estrecha relación con ella. No todas han querido responder y hacerlo con nombre y apellidos. La mayoría han preferido hacerlo de forma anónima. Este artículo recoge sus reflexiones, porque a pesar de ese handicap, son clarificadoras e interesantes de cara a lo que pretendemos: repensar la OMT desde una voluntad constructiva. Curiosamente, aunque no hemos podido confirmarlo porque los documentos no aparecen en la web ni hemos podido tener acceso a ellos, Arabia Saudí habría presentado una propuesta a la Asamblea General titulada "Redesigning Tourism for the Future", que todavía no ha sido incluida en el orden del día, aunque sí enviada a los países miembros. Todo ello ha coincidido con la carta abierta de varios ex altos directivos de la OMT que piden a los países miembros no ratificar al actual secretario general ante las dudas éticas sobre su gestión.

Las entrevistas con los dos ex secretarios generales pueden ser leídas aquí:

- Taleb Rifai: "No creo que la OMT esté cumpliendo con sus objetivos"

- Frangialli: "No sabemos si la OMT cumple con objetivos que no están claros"

El artículo con las opiniones de los cuatro entrevistados que sí quisieron salir con nombre y apellidos puede ser leído aquí. Son Eulogio Bordas, Ignacio Vasallo, Carlos Vogeler y Geoffrey Lipman:

- Repensando la Organización Mundial del Turismo (con ánimo constructivo)

¿Cuáles diría que son actualmente los objetivos de la OMT?

Hay consenso en que al margen de los grandes objetivos que debe marcar el programa de trabajo bianual de la organización, en este momento excepcional "el principal objetivo de la OMT debería ser el de liderar la reactivación del turismo en el mundo".

Algunos consideran que los objetivos están claros y son "los que figuran en sus Estatutos, como la promoción del turismo sostenible y el cuidado de las estadísticas turísticas del sistema de Naciones Unidas".

¿Considera que los cumple?

Aquí también hay consenso y la respuesta unánime es "no". Uno de los entrevistados asegura que "la voz de la OMT es errática y con baja credibilidad" y otro de ellos añade que "las actividades parecen estar más bajo el personalismo de una agenda de prioridades individuales del secretario general que bajo las necesidades reales de los países".

Uno de los entrevistados opina que los cumple solo parcialmente, "pues los intereses políticos de los países se superponen sobre una agenda de interés general. Especialmente débil es el capítulo dedicado a Estadísticas".

¿Es la OMT, actualmente, lo que podría llegar a ser?

Otra pregunta con respuestas unánimes: "Definitivamente, no". Uno de los entrevistados pone el ejemplo de lo ocurrido con la pandemia, y de cómo la OMT debió asumir la coordinación entre los países para acompañar los procesos de apertura y cierre de fronteras, así como la implementación de pasaportes sanitarios digitales".

"Está claro que la WTTC fue mucho más visible con la implementación de los protocolos sanitarios, que en algunos casos, ayudaron a generar confianza en los viajeros", un papel que debió haber tenido la OMT

Uno de ellos adjudica la situación a que la OMT "debiera madurar como organización, teniendo una estructura estable en el segundo escalón, por debajo del secretario general, con un poder del secretario general más acotado"

Otros entrevistados consideran que la OMT debería ser algo más que "una agencia para el desarrollo de países del Tercer Mundo", pero tendrían que hacerse cambios en tres niveles: objetivos, gestión y financiación. "Si se conforma con ser eso -una agencia de ayuda al desarrollo turístico- y tener relevancia solo en esos países, entonces debería cambiar la financiación y apostar realmente, con medios y dinero, por el desarrollo. Pero tampoco llega a eso". E insisten: "la mala financiación también favorece malas prácticas y concesiones que aumentan su descrédito".

De hecho, apuntan a la próxima Asamblea General de Madrid, donde se dará el visto bueno a la creación de nuevas Oficinas Regionales de la OMT en Brasil, Cabo Verde, Ghana, Kenya, Marruecos y Sudáfrica, siguiendo la estela de la creada, antes del verano, en Arabia Saudí

¿Es la OMT y su labor relevante, según su opinión, para la industria turística global?

Aquí no hay unanimidad. Algunos de los entrevistados piensan que no es relevante en absoluto y otros opinan que lo es en algunos aspectos, como por ejemplo, en "aspectos de la parte técnica". Sí que coinciden todos en que no es relevante en una de las partes más importantes de su cometido: "en la indispensable labor política no lo es".

Uno de ellos concreta más "en materia de estadísticas su labor es insustituible", sin embargo, "su labor como guidance para el conocimiento turístico es más limitada y su potencial labor de recomendaciones y estándares mundiales es muy ínfima, producto de ser una organización aun inmadura".

Algunos de los entrevistados se muestran muy críticos: "Es un club que sirve para que el ministro de Turismo de un país del Tercer Mundo se vaya de vacaciones a uno u otro sitio. Tiene relevancia en esos países, pero no en los del Primer Mundo, los que son significativos para el turismo".

Lo último sobre la OMT:

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¿Debería serlo? ¿Cómo?

Parece que en la situación actual de la organización y con sus actuales limitaciones no ya de gestión sino de concepto y dotación presupuestaria, lo tiene difícil. "La OMT es una pequeña agencia de Naciones Unidas. Para ser relevante es necesario encontrar mecanismos para potenciar su tamaño y en consecuencia, su influencia en el mundo", reflexiona una de nuestras fuentes.

"Si en verdad el turismo es una de las grandes actividades económicas de nuestro tiempo, no se entiende cómo la OMT puede ser tan pequeña", y en esto sí que hay bastante acuerdo

En general, opinan que sí podría llegar a serlo pero, con una serie de requisitos: "Necesita ampliar su ámbito de competencia en materia regulatoria/recomendaciones, como ha quedado demostrado en la actual crisis y la falta de gobernanza internacional. Ahí está su razón de ser para el presente y el futuro".

Coinciden con otros entrevistados al considerar que para conseguirlo "debe abandonar su papel promotor de diferentes productos turísticos y centrarse más en la policy y la financiación internacional a través de los IFI (International Fianancial Institutions)".

Su conexión con el mundo privado tiene sentido, consideran, pero no se ha acertado en la forma: "pero no a través de miembros afiliados, este sería un departamento a considerar refundar profundamente"

Muchos de los entrevistados están de acuerdo en este punto de los "miembros afiliados", o sea, la iniciativa privada. Uno dice: "Solo el nombre de afiliado ya le quita relevancia. Debería llamarse Consejo Empresarial de Turismo de la OMT o algo así y convertirlo en algo que realmente signifique algo y aporte, tanto a la organización como a las empresas". También es cierto que estando dentro del "corsé de la ONU" es prácticamente imposible que la iniciativa privada tenga un papel relevate.

¿Qué podría aportar la OMT a la industria turística, o sea, en qué ámbitos podría tener un papel más eficaz?

Los entrevistados muestran aquí sus dudas, simplemente por ser la OMT lo que es y estar sujeta a unos condicionantes como agencia de Naciones Unidas. Sin embargo, algunos ven precisamente en esa condición, un reto: "Un reto muy atractivo sería el de inventar un nuevo modelo de agencia de Naciones Unidas, que funcione con capacidades en una temática transversal, habida cuenta de su propia naturaleza".

En cambio, algunos le ven posibilidades: "En un momento de cambio tan acelerado para el turismo y con crisis globales y regionales más frecuentes, debe ser un referente en materia de nuevas políticas, especialmente en el campo de la sostenibilidad, en estadísticas, y en gestión de crisis".

¿Qué cosas deberían cambiar para hacer eso posible?

Algunos de los factores que podrían hacer más útil el papel de la OMT quizá no dependan directamente de ella, ni de sus Estatutos ni de su gestión. Por ejemplo, es un handicap que el turismo no sea tomado en muchos países como un auténtico vector de desarrollo económico y social global. Dice un entrevistado que sería imprescindible "lograr elevar el nivel de reconocimiento de la importancia del turismo en los países que definen la agenda global".

Algunos insisten en que la OMT es, a día de hoy, una organización no madura: "Pasa por una maduración de la organización, no puede depender de un poder omnímodo del secretario general, pues resta independencia a los directores de departamento, y convendría crear un segundo nivel, debajo inmediato al secretario general, que esté empoderado y pueda ejercer una labor directiva. Ello aportaría transparencia a la gestión del organismo e invitaría a países más potentes turísticamente al Consejo Ejecutivo, que debiera tener un rol más directivo, no como hasta la fecha, que es puramente decorativo".

¿Debería ser una prioridad intentar que entren como miembros de la OMT los países que hoy están fuera y que son importantes en turismo: Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, los países nórdicos…?

En este punto hay consenso en que sí es, efectivamente una prioridad, o debería serlo. Aunque algunos son cautos "sí es una prioridad, pero no puede ser la más importante o la única".

En concreto, uno reflexiona: "Más que una prioridad sería un indicador de que se va por la senda acertada de reforma o, mejor, de reinvención de la agencia"

¿Cómo afecta a la credibilidad de la organización el hecho de que no estén?

La ausencia de estos países no afecta a la credibilidad de la OMT, según todos los entrevistados, aunque sí es una pista sobre su papel en el mundo. "La credibilidad no depende de que estos países estén o no en la OMT. La credibilidad se gana con acciones relevantes de alto impacto", sería el resumen.

Robe o no credibilidad, les parece claro que significa que algo no funciona: "Es un claro exponente de una organización coja"

Otros entrevistados opinan que la ausencia de esos países es un handicap, desde luego, pero que lo que realmente le quita credibilidad a la OMT es su realidad actual: "burocracia encorsetada, dotación de talento exigua, reciclaje difícil para los que de verdad son buenos, genera deméritos, funcionariado endogámico, pocos recursos".

¿Es lógico que cada país miembro tenga un voto, o deberían tener votos proporcionales según su aportación económica?

Aquí no hay consenso, aunque tampoco opiniones totalmente contrarias. En todos los organismos de derecho internacional el principio es el mismo, recuerdan algunos, "un país, un voto". Sin embargo, reconocen que es cierto que puede haber mecanismos, como los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, con derecho a veto.

Algunos consideran que este es un tema complejo. "La clave, de todas formas, está en el Consejo Ejecutivo, que es el órgano fiscalizador del secretario general. La falta de interés de países muy desarrollados como Alemania es un factor preocupante", opinan. Alemania es miembro de la OMT, pero salió de su Consejo Ejecutivo.

¿Debería la OMT extenderse al Transporte? ¿Eso ayudaría de alguna manera?

La trasversalidad del turismo recomienda la transversalidad de la OMT, según coinciden los entrevistados. Consideren conveniente o no añadir la "T" de Transporte, está claro que también en este ámbito la organización debería ser capaz de asumir un protagonismo porque de forma clara el transporte condiciona el funcionamiento del turismo en todo el mundo.

Sí coinciden en que, más que la "T" de Transporte, sería la de "Viajes y Turismo" la que se debería incorporar: "Más que al transporte, debería extenderse al mundo de los viajes (Travel and Tourism), ello le permitiría avanzar en ampliar su ámbito de competencia y poder afrontar las crisis globales de gobernanza desde una postura mucho más solida".

Añade que "normalmente la organización es un fiel reflejo del poder político de los ministros de turismo, que suelen tener escasas competencias. Incluir el transporte/travel permite invitar a ministros con mayores competencias"

¿Qué requisitos considera que son importantes para un secretario general? ¿Cuál sería su perfil ideal?

En este punto no hay consenso. Unos opinan que debe ser conocedor del mundo del turismo, otros que ha de ser una persona de credibilidad y a quien se escuche, al margen de si tiene conocimientos o experiencia en el turismo. Sí coinciden en que tiene que ser alguien con capacidad de liderazgo y dispuesto a cambiar la forma en que se gestiona la organización.

"Idealmente debe combinar credenciales técnicas, políticas y diplomáticas. De igual forma, debería provenir de un país relevante en el orden turístico mundial", sería un resumen en el que todos podrían estar de acuerdo

Otros lo tienen más perfilado: "En primer lugar debe ser de un país con peso internacional en materia de turismo; en segundo lugar debe ser alguien que conozca el sector muy bien -no un recién llegado-, con vocación de servir y no de servirse de… El perfil político es importante, debiendo hacer pareja con un secretario general adjunto con amplio poder e independiente del secretario general, y un gran conocimiento técnico".

¿Debería España promocionar a su propio candidato a la Secretaría General de la OMT? De responder afirmativamente, ¿por qué? ¿Alguna idea de candidato ideal?

La opinión mayoritaria en este punto es que sería poco conveniente, aunque sí consideraba que sería una buena idea el ex secretario general Taleb Rifai. Sí hay acuerdo en que España debería ser fundamental para impulsar a la OMT en el mundo y en el sistema de Naciones Unidas. España, en resumen, debería implicarse más.

Sí hay consenso en que España tiene una responsabilidad y un compromiso, aunque esos deberes de España para con la organización no pasan, necesariamente, por un secretario general: "En la situación de crisis actual de la organización, España debe cuidar del buen nombre y funcionamiento de la institución pero ello no pasa obligatoriamente por un secretario general español; hasta podría ser contraproducente, pero sí quizá por un número dos español, con ese perfil que señalo.

Normalmente España no ha tenido interés en la OMT, más allá de colocar a algún político sin conocimiento de idiomas ni de la materia"

"Humanistas del turismo"

Una persona muy conocedora de la OMT desde dentro respondía a una de las preguntas presentadas por HOSTELTUR diciendo que "sería importante que el secretario general de la OMT fuera un humanista".

Quizá este atributo sorprenda a primera vista, pero al pedirle más detalles, esta persona respondió: "Me refiero a que tanto Naciones Unidas como la OMT fueron fundadas con los valores occidentales, y esos valores están en sus objetivos y en su funcionamiento, penetran la organización y la hacen como debe ser". Valores como la solidaridad, los principios democráticos, la igualdad necesaria, los Derechos Humanos en general, el rechazo a la explotación, al totalitarismo, al poder del más fuerte, la idea de que la unión hace la fuerza... esos valores son los que fundaron todas las organizaciones internacionales de relevancia mundial, explicó.

Por eso piensa que el secretario general debe ser alguien que conozca y comparta esos valores, y los aplique en su quehacer diario. Y eso no depende de dónde ha nacido una persona, sino de cómo es y cómo funciona en el mundo

Hay más personas que opinan así.

Respondiendo en Linkedin a la entrevista de Taleb Rifai publicada por HOSTELTUR, David Vicent dice:

"Es una organización compleja, pero su misión siempre fue apoyar, articular, acumular y transferir conocimiento sobre cómo el turismo hace de motor de desarrollo socioeconómico sostenible. Por eso existe un programa de código ético en turismo, por ejemplo. También es una marca muy “golosa” para diversos intereses que no son ese, por lo que también creo que se debe cambiar la estrategia para la marca, pues en esta época se alejó de su misión más humanista y se fue por otras líneas como las startups y el levantamiento de fondos. Por eso es fundamental que la organización esté gestionada por auténticos humanistas del turismo, pues esa es su razón de ser y lo mucho que puede aportar al sector y el desarrollo. El turismo es mucho más que negocio".

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