Busca fórmulas para evitar los "problemas legales" de esta medida

Alemania busca cómo prohibir temporalmente los viajes al extranjero

Mientras, abre la puerta a que los alemanes que regresen de sus vacaciones de Semana Santa puedan aportar PCR o test de antígenos

Publicada 26/03/21 -Actualizada 20/04/21 02:06h
Alemania busca cómo prohibir temporalmente los viajes al extranjero

Alemania busca una fórmula legal para poder prohibir los viajes de ocio al extranjero durante esta Semana Santa, aunque la canciller Angela Merkel admite que existen "notables problemas legales" para hacerlo. Aun así, el Gobierno estudia la posibilidad de prohibir temporalmente los viajes internacionales no esenciales ante la alarma generada por el boom de reservas a Mallorca y el aumento de los contagios. Sin embargo, paralelamente, Alemania ha dicho que admitirá que los alemanes que regresen a casa de sus vacaciones puedan aportar tanto un test PCR como una prueba de antígenos, cosa que reduce considerablemente el coste de este requisito.

A pesar de que durante semanas el Gobierno alemán ha recomendado no viajar al extranjero, no ha implantado medidas para evitarlo. Ha sacado a Baleares y a otras comunidades de la lista roja del riesgo y ha dicho que viajar y vender viajes caían dentro de la libertad y la responsabilidad de las decisiones individuales y de empresa. La "lenta desescalada" interna ha contrastado con la apertura total a los viajes internacionales, y si finalmente el Gobierno ha tenido que dar marcha atrás al frenazo interior y rectificar, parece que también está dispuesto a rectificar de cara a los viajes exteriores, pero no sabe cómo.

Ahora, además, suaviza el coste que para una familia que salga de vacaciones durante la Semana Santa significa poder volver a casa con pruebas de antígenos en lugar de con una PCR. Y todo ello en medio de duras críticas en el propio país, y de decisiones que la propia Merkel ha calificado de "erróneas".

Y sin embargo, desde hace dos días, el Gobierno alemán está estudiando cómo prohibir los viajes internacionales de ocio durante la Semana Santa, de forma temporal. De momento, hay barreras legales que dificultan la medida y "se está estudiando" cómo burlarlas.

PCR o antígenos

El gobierno alemán implantará desde este fin de semana un test obligatorio previo a todos los viajeros que ingresen en el país por vía aérea, independientemente del lugar de procedencia del viajero. La normativa será publicada previsiblemente mañana por el Ministerio de Sanidad para que pueda entrar en vigor a las 00.00 del domingo.

Hasta ahora, la exigencia de presentar una PCR negativa antes de emprender un vuelo hacia Alemania regía para los viajeros desde zonas de alta incidencia o con presencia de mutaciones del coronavirus. Los procedentes de regiones calificadas de riesgo podían hacérselo hasta 48 horas después de haber entrado en el país

El test deberá presentarse antes de emprender el vuelo hacia Alemania y podrá ser tanto una PCR como un test de antígenos. El viajero deberá ceñirse luego, además, a las normativas previstas en cuanto a cuarentenas -de diez a 14 días, dependiendo del grado de riesgo del lugar de procedencia y también de las regulaciones específicas de cada "Land". La nueva regulación será vigente hasta previsiblemente el 12 de mayo, según los planes de Sanidad.

El Gobierno de Berlín recomienda desde hace meses encarecidamente evitar todo viaje no esencial, lo que incluye los desplazamientos y pernoctaciones turísticas en el propio país.

El propósito es restringir la movilidad, al menos para viajes no esenciales, lo que se acentuó ahora por el repunte de nuevos contagios que se observa de forma continuada y desde hace varias semanas en Alemania.

Repunte de contagios

La incidencia semanal se situó este jueves en 113,3 contagios por 100.000 habitantes, por encima de los 100 nuevos contagios por 100.000 habitantes que se considera un límite crítico. El pico de incidencia se notificó el 22 de diciembre, con 197,6 casos.

Merkel y los líderes regionales habían acordado a principios de mes una lenta reactivación de la vida pública, después de que en febrero la incidencia semanal hubiera bajado hasta situarse sobre los 65 casos.

La cautelosa desescalada empezó con la reapertura de peluquerías, tiendas de bricolage, centros de jardinería y algunos comercios -aunque con previa cita-, así como museos y otras instituciones culturales

Se pretendía con ello relajar el cierre de la vida pública imperante desde noviembre, en que quedaron cerrados la restauración, el ocio y la cultura, a lo que siguió, en diciembre, el de los comercios no esenciales. Se estableció, sin embargo, un freno de emergencia, de modo que a partir de 100 contagios semanales por 100.000 habitantes se volvería al nivel de restricciones anterior.

La situación ha provocado decisiones contradictorias del Gobierno alemán en cuanto a las restricciones dentro del propio país, como recogimos en Alemania da marcha atrás al confinamiento de Semana Santa.

El repunte actual ha convertido en inviable esa reactivación. En una nueva reunión entre Merkel y los líderes regionales, el pasado lunes, se acordó prolongar de nuevo las restricciones hasta mediados de abril.

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