Alquiler de viviendas vacacionales

Airbnb ajusta velas para capear la recesión y volver a crecer

La empresa se expandió a nivel global a partir de la crisis de 2008 y la pandemia frenó su crecimiento, pero los vientos de recesión que llegan en el segundo semestre de 2022 pueden impulsarla de nuevo

Publicada 12/08/22 -Actualizada 05/09/22 02:06h
Airbnb ajusta velas para capear la recesión y volver a crecer
  • El anterior período de crisis fue en realidad una tremenda oportunidad para Airbnb, que creció a un ritmo vertiginoso
  • Para las asociaciones hoteleras, "el crecimiento meteórico de Airbnb ha tenido un coste social muy elevado"
  • Destinos por toda España buscan nuevas fórmulas para controlar la oferta de alojamiento en Airbnb

Airbnb nació en noviembre de 2008, apenas dos meses después de la quiebra de Lehman Brothers, un acontecimiento que marcó el inicio de la peor recesión que el mundo había conocido desde el crack de 1929. Pero en los años que siguieron, la plataforma de comercialización online de viviendas turísticas floreció y se expandió a nivel global, hasta que la pandemia del coronavirus frenó su crecimiento. Los vientos de recesión que llegan en el segundo semestre de 2022 pueden impulsarla de nuevo

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Cuando Airbnb irrumpió en el mercado turístico por primera vez hace 14 años, en plena crisis económica global, la plataforma rápidamente captó la atención tanto de propietarios interesados en alquilar sus casas para obtener ingresos como de viajeros que buscaban opciones de alojamiento lo más económicas posible.

En otras palabras, aquel período de crisis fue en realidad una tremenda oportunidad para Airbnb, que creció a un ritmo vertiginoso.

¿Puede una nueva recesión económica en ciernes acabar siendo otro período de expansión para Airbnb, tras el fuerte batacazo sufrido durante la pandemia?

De hecho, durante el primer año del coronavirus, el negocio de Airbnb cayó un 80% y la compañía tuvo que solicitar créditos especiales por un valor de 2.000 millones de dólares. La empresa también redujo su plantilla en un 25% y paralizó numerosos proyectos considerados "no esenciales", incluyendo algunos relacionados con el transporte de viajeros.

El cofundador y director ejecutivo de Airbnb, Brian Chesky, dice que al menos sacó algo de todo aquello.

"Espero no volver a hacer un proyecto paralelo en mi vida. Aprendí una lección: cuando intentas hacer cosas nuevas, pero secundarias, no funcionan", asegura Chesky en una reciente entrevista concedida al Wall Street Journal.

Brian Chesky. Foto: Airbnb

"Nos hemos estado preparando para una tormenta que pensamos era inevitable"

No solo eso, tras los recortes implantados durante la pandemia, la compañía ha continuado manteniendo bajos sus costes incluso cuando los viajes se recuperaron, según reconocen los analistas.

De hecho, el ejecutivo de Airbnb define a su compañía como "una empresa increíblemente magra" por el proceso de adelgazamiento y reducción de costes al que se ha sometido en los dos últimos años. Por una razón: "Nos hemos estado preparando para una tormenta que pensamos era inevitable en los años venideros”, añade Brian Chesky.

Cabe apuntar que en 2022, gracias al fuerte rebote de los viajes y al incremento de la tarifa media, la compañía reportó beneficios en el segundo trimestre. Sin embargo, "la gente no reservó tanto como los analistas habían proyectado y el pronóstico de la compañía de reservas para el verano no cumplió con las expectativas”, según apunta Wall Street Journal.

“A medida que la economía se vaya desacelerando, creo que más personas estarán interesadas en ahorrar dinero en sus viajes"

A pesar de todo, el cofundador de Airbnb se muestra relativamente confiado. “A medida que la economía se vaya desacelerando, creo que más personas estarán interesadas en ahorrar dinero en sus viajes y creo que también estarán interesadas en nuevas formas de ganar dinero”.

Y es que, según opina Brian Chesky, "incluso cuando estamos entrando en una recesión, las personas han estado algo aisladas durante años y anhelan salir. Y en lo que seguirán gastando dinero es en viajes".

Además, tal como apunta Wall Street Journal, "a diferencia de los hoteles que tienen propiedades fijas, Airbnb puede adaptarse rápidamente, destacando aquellas propiedades que satisfagan las necesidades cambiantes de los viajeros".

Esa capacidad de adaptación, de hecho, ya fue llevada a la práctica durante los dos primeros años de la pandemia, cuando se disparó el turismo doméstico y Airbnb potenció en su web las reservas de larga estancia, destinos locales, etc.

Airbnb ha estrenado un nuevo diseño que permite al viajero elegir entre múltiples categorías de estancias: apartamentos de diseño, alojamientos para amantes del surf, parques naturales, casas históricas, junto a lagos, etc.

Las asociaciones hoteleras piden una "regulación más justa"

En cualquier caso, Airbnb no solo se enfrenta a una recesión. Su expansión en ciudades de todo el mundo e incluso en comunidades rurales ha sido motivo de preocupación tanto para vecinos, como para ayuntamientos y oferta de alojamiento turístico tradicional, incluyendo los hoteleros.

Según apunta la asociación internacional Global Reformbnb (entidad formada por 25 asociaciones hoteleras de varias ciudades de todo el mundo), "el crecimiento meteórico de las plataformas de comercialización online, como Airbnb, han tenido un coste social muy elevado para los ciudadanos, perjudicando la accesibilidad a la vivienda y propiciando la expulsión de los vecinos de los barrios más turísticos y la pérdida de la esencia de estos".

Global Reformbnb también denuncia el "agravio comparativo" que supuso el hecho de que los establecimientos hoteleros se vieran obligados a cerrar durante varios meses en plena pandemia, mientras "los pisos turísticos que comparten usos con vecinos tuvieron la oportunidad de poder seguir operando, alquilando a corto plazo o reconvirtiéndose en alquiler convencional".

Por dicho motivo, esta entidad reclama "una regulación más justa, que se adecue a los estándares de seguridad mínimos exigidos, para garantizar una competencia más leal”. Forman parte de Global Reformbnb las asociaciones hoteleras de Nueva York, Barcelona, París, Buenos Aires o Tokio, entre otras ciudades.

Brian Chesky se defiende de estas críticas asegurando que "si somos parte del problema, vamos a trabajar con las ciudades. Por eso hemos firmado numerosos acuerdos con ayuntamientos para establecer restricciones".

Los destinos buscan una oferta de alojamiento más controlada

Pese a esa declaración de buenas intenciones, en lo que llevamos de año se han multiplicado las noticias que reflejan una mayor preocupación de los municipios respecto al potencial de crecimiento de los pisos turísticos comercializados por plataformas como Airbnb.

Por ejemplo, el pasado 10 de agosto el Ayuntamiento de A Coruña informó que prepara una regulación de los pisos turísticos, aunque "no existe una situación alarmante" dado que "existen en la ciudad más de 20.000 viviendas en régimen de alquiler y poco más de 600 de alquiler turístico", según explicó el consistorio en un comunicado.

Mientras, en Santiago de Compostela, su Ayuntamiento ha recibido una nueva sentencia del Tribunal Superior de Xustiza Galicia (TSXG) por la que se estima el recurso de apelación interpuesto por el consistorio compostelano, declarando “ilegal e ilegalizable" un piso de uso turístico. La sentencia es favorable a los intereses municipales, ya que avala las restricciones impuestas por el ayuntamiento.

En el fallo analizado por el Gobierno municipal, el TSXG marca “una clara distinción entre las habilitaciones autonómicas y las municipales para el ejercicio de esta actividad". Así, según señala el ayuntamiento, la sentencia indica que la declaración responsable autonómica “no es suficiente para la apertura de un piso turístico, siendo preciso, además, la correspondiente autorización municipal en forma de comunicación previa”.

Considera el fallo que “el uso turístico no puede asimilarse al uso de vivienda, sino al uso hotelero” por lo que es incompatible con el de vivienda, excepto en edificación exclusiva.

Por otra parte, este verano el Ejecutivo foral de Navarra ha solicitado información a Booking y Airbnb sobre apartamentos turísticos que se anuncian sin el código de inscripción del Registro de Turismo.

Y es que una primera fase de control, se ha comprobado que en la plataforma Airbnb se publicitan, sin hacer constar el código de Inscripción del Registro de Turismo de Navarra, 54 apartamentos turísticos de alquiler completo en Pamplona y 16 en Booking.

Por otra parte, en Salou el Ayuntamiento ha llevado a cabo una encuesta entre la población para elaborar la ordenanza municipal que debe regular las Viviendas de Uso Turístico (VUT), la cual "protegerá los derechos vecinales".

Un estudio de la Cátedra UNESCO de la Vivienda de la Universidad Rovira i Virgili (URV), encargado por el consistorio en el 2019, aconsejó disponer de una normativa urbanística municipal que regulara este tipo de actividades.

Y en Barcelona, este verano, el Ayuntamiento ha exigido a Airbnb que retire 4.102 anuncios de habitaciones turísticas publicados en su web, una oferta que según el consistorio es ilegal desde la actualización del Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT) el pasado mes de enero.

Airbbnb, una empresa rodeada de polémica:
- Barcelona exige a Airbnb que retire 4.102 anuncios de su web
- El Tribunal Supremo falla a favor de Airbnb en Cataluña

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